EXPOSICION VICTOR PETIT-BREUILH
PRESENTACION
Una exposición significa para un artista la auto-evaluación de un proceso productivo, la interacción con el público, la retroalimentación; pero significa también la difusión de propuestas estéticas y bienes culturales en un claro sentido de socialización y participar así de la práctica cultural de un pueblo.
El artista en esta ocasión es Víctor Petit-Breuilh.
Esta exposición genera gran expectativa y figuración por alguna razón cultural o identitaria, en el entendido que se trata de “pintura realista”. Algo hay con el Realismo que lo hace tan atractivo. Aquí la sociología del arte puede responder a esta constatación. En una parte del texto que escribí para el catálogo, hago mención a la masiva recepción de la última exposición en el MNBA del pintor hiperrealista chileno Claudio Bravo como ejemplo de este comentario.
Creo prudente citar a propósito, parte de la definición de Realismo del libro Léxico Técnico de las Artes Plásticas: “Se refiere a esas obras que por su volumen, espacio, escorzo, color, etc., provocan la sugerencia de representar la realidad, tal como ésta es conocida por el hombre común, relaciones que engañan al ojo (´trompe l´oeil´) haciéndole suponer que aquello que ve en el cuadro es absolutamente real. Cabe señalar en este caso que sólo pintores menores han tenido en cuenta el hecho de que un registro mecánico de la realidad pudiera llegar a ser considerado una obra de arte. Los verdaderos artistas son aquellos que, además de presentar figuras rápidamente reconocibles en sus obras, nunca han olvidado el contenido simbólico de la misma, lo que los indujo en todo momento a romper con el ilusionismo y provocar una relación que, aun considerada realista, es, si se observa con cuidado, una representación tan alejada de la realidad como cualquier obra no figurativa (…).
Pero veamos que más. Variedad de estilos y propuestas visuales hemos presentado en Casa Abierta: desde la pintura abstracta de Claudio Rodríguez Lanfranco, la pintura geométrica de Alberto Ludwig o el informalismo de Juan Pablo Ugarte expuestas al inicio de este ciclo en 2006, o los grabados de Carlos Montaner y la gráfica cercana a la instalación del proyecto Guión Visual con Tatiana Alamos a la cabeza, hasta el realismo de las pinturas que inauguramos hoy y por lo cual agradecemos a Víctor por participar de nuestra programación. Así, hemos conocido el trabajo de alrededor de 35 artistas en exposiciones individuales o colectivas.
La invitación es a acercase al trabajo potente de Petit-Breuilh. Estarán sus obras expuestas hasta el 26 de junio y estará también invitado a conversar sobre su producción en el taller de pintura.
EL LENGUAJE ES LA REALIDAD
TEXTO 1
Víctor Petit-Breuilh pinta la realidad. Lo que sus obras muestran es la realidad de Petit-Breuilh. ¿O acaso alguien puede cuestionar que el paisaje de Panguipulli en el cuadro “Recuerdo de Niño” no es real?
Antes es necesario detenerse en diferenciar el ver del mirar como lo señala Roberto Matta, donde el mirar es entendido como un reflejo condicionado, como el registro del entorno y el ver está vinculado con la verdad…
Digo entonces que este paisaje es la verdad y/o realidad para Petit-Breuilh y lo es porque es un paisaje o más bien, una realidad vivida por el pintor. ¿Cómo le explico esto a un ciego? Si describo los elementos del cuadro, si soy capaz de abrir la descripción a través de otros sentidos, si soy capaz de comunicar la humedad verde de los juncos del primer plano y de los árboles del fondo, si soy capaz de describir la escena con el olfato o con el tacto; el ciego reconocerá este paisaje. Claro está, el ciego de Panguipulli que pasó su infancia en ese lugar, al igual que el pintor. Así otro componente aparece para leer estas obras: la memoria o la historia de lo vivido.
El antecedente chileno de esta pintura puede estar en Claudio Bravo o más reciente en Muñoz Vera, por hacer una referencia conocida o mediática. Pero Petit-Breuilh no demora en marcar la diferencia; lo de él es la expresión de su propia realidad vivida.
Podría esta pintura también confundirse con un acto de destreza. Si es así, tendríamos que hablar con la lupa en la mano, con reglas y tratado de anatomía bajo el brazo. Creo que este no es el caso porque el objetivo de Petit-Breuilh es otro. Por lo tanto, sugiero leer esta pintura con la intención de diálogo que propone.
A través de su tratamiento realista, el pintor elije y ordena una serie de elementos simbólicos en la idea de establecer este diálogo desde su visión de las cosas y de la vida, de la relación de los hombres y la naturaleza.
A propósito, recuerdo la exposición de Claudio Bravo en el Museo Nacional de Bellas Artes, en 1994. Filas interminables de estudiantes y público en general, rumas de folletería generosamente distribuidas, costeadas con el auspicio de la Banca y el diario El Mercurio. Ahí estaban expuestas no sólo 64 obras, sino la tendencia estética de una determinada visión de la pintura y del arte.
Después de ese juicio y refiriéndome exclusivamente a la pintura, ¿qué queda entonces para el chorreo neo-expresionista de los pintores de los ochenta o la mancha construida por Balmes con barro y zapatos destartalados y contingentes abandonados por algún minero de Lota, obligado a reconvertirse laboralmente o recogidos en la rivera del Mapocho, desprendidos del cuerpo de un desaparecido?
Vuelvo a Petit-Breuilh. Si se pone atención hay una invitación. Los detalles realistas en los primeros planos son la antesala para recoger también la información del fondo; la escena completa… Los señores del salón viñamarino en “La Plaza de los Loores” se han retirado a los balcones para que el espectador común y corriente, como usted o como yo, entremos en este espacio exclusivo.
Petit-Breuilh es un pintor autodidacta pero que ocupó tiempo formándose como arquitecto y como tal, se detiene en signos propios de su formación. Aquí por ejemplo, la perspectiva es retomada de acuerdo a sus trabajadas reflexiones filosóficas. La linealidad en que se puede representar la profundidad de la escena es curvada por la práctica pictórica que Petit-Breuilh ha definido. De alguna manera, tensa la bidimencionalidad del soporte para incorporar en esta construcción curvada la presencia viva del espectador. Quiere acentuar así la trilogía autor-obra-espectador… Las botas de los chumangos de la Patagonia están al lado nuestro, se han salido del cuadro para sumarnos a esa pausa en la faena.
Cabe señalar que este tipo de pintura aparece o parece fuera de contexto de las definiciones institucionales de la práctica artística contemporánea chilena. Puede ser, pero siempre he sostenido que se pinta o se produce el trabajo creativo a partir de cómo uno es. Petit-Breuilh reside en Concón y en su casa todo está cuidadosamente ordenado, en el espacio que utiliza para pintar cada pincel, cada tubo de óleo está puesto ordenadamente en su lugar, tal como ordena los elementos de su pintura.
Víctor Petit-Breuilh ha expuesto parte de sus obras en otras ocasiones en la zona (Reñaca, Villa Alemana y Concón), pero ha buscado especialmente en Casa Abierta la oportunidad de vincularse desde este proyecto con el desarrollo cultural de la comuna y la Región, en el entendido de que Casa Abierta se ha propuesto desde su primera exposición, realizada en 2006, acoger y sistematizar desde la práctica comunitaria las propuestas artísticas de creadores que aceptan esta condición. Aquí no se trata de una galería especializada, sino de la oportunidad de acceder de primera fuente a obras cuando nunca se pensó en acudir a un museo o galería de arte.
Aquí está la ocasión, en el cotidiano, para hacer del arte una oportunidad cultural deselitizada, al alcance de todos.
Concón, 2010.
Jaime Garnham
Pintor, Coordinador Casa Abierta
Enap Refinería Aconcagua
TEXTO 2
DESDE SU TALLER EN FUERTE AGUAYO, LLEGAN HASTA LA ORILLA LAS PINTURAS REALISTAS DEL PINTOR VICTOR HUGO PETIT-BREUILH, OBRAS DE CUIDADA FACTURA QUE RECUERDAN AL MISMO TIEMPO SU PASADO DE ARQUITECTO Y SU PRESENTE DE PINTOR CON ESTA EXPOSICION QUE REUNE FRAGMENTOS SILENCIOSOS DE SU ORIGEN SUREÑO JUNTO A OBRA QUE LLEGA AÚN FRESCA DE TALLER, PRODUCTO DE SU EXPLORACION EN UNA FIGURACION SOLO EN APARIENCIA INOCUA, QUE BUSCA EVIDENCIAR EN EL DETALLE LA FORMA DE CIFRAR UN MENSAJE. VICTOR SABE DE ESTA RELACION “BIOLOGICA” ENTRE EMISOR-RECEPTOR EN EL CASO DE LAS OBRAS VISUALES, UNA ACCION COLABORATIVAY DE SOCIABILIDAD BASTANTE PERDIDA YA ENTRE NUESTROS PARES, PERO QUE NOS RECUERDA A CIERTA TRADICION DE LA PINTURA CHILENA EN SU CONSTANTE INTENTO DE INTEGRACION A LENGUAJES MAS CONTEMPORANEOS.
Y EN ESTA SUMA DE CAMBIOS ES DONDE MEJOR SE SOSTIENE LA PINTURA DE VICTOR DESPLAZANDO EL DISCURSO VISUAL DESDE EL CAMPO DE LA MERA REPRODUCCION TECNICA COMO EFECTO, PARA SONDEAR CON INTENCIÓN MAS DRAMÁTICA LA INTERPRETACION DE SUS MOTIVOS, REALIZADOS SIEMPRE A PARTIR DE FOTOGRAFIAS Y TAMBIEN DE MODELOS REALES QUE LLEGAN A POBLAR LOS PAISAJES, REBALSANDO DE VIDA LOS LIENZOS.
HAY AQUÍ UN DESEO POR EVIDENCIAR LOS CONTRASTES Y ES LA FIGURA HUMANA LA QUE LLEGA A REVITALIZAR EL DISCURSO INMÓVIL DEL RECUERDO ENTRANDO A PONER ACENTO EN EL AMBIENTE DE ESOS PAISAJES SILENCIOSOS, DONDE LA POSTAL EJERCITADA CON MINUCIA Y ESMERO DA FINALMNETE ESPACIO A UN DISCURSO MAS DESEQUILIBRANTE Y ABIERTO, UN CONTRASTE DE REALIDADES A LAS QUE EL PINTOR NO SE ESCAPA: LA PRESENCIA DE NIÑOS EN VARIOS DE LOS CUADROS APORTAN ACCION CONCRETA Y SON EL MOMENTOS TAMBIEN CUANDO LA IMÁGEN MAS SE TENSIONA Y SE CARGA DE SENTIDO, AL LOGRAR LIBERARSE UN POCO DEL PESO TECNICO QUE ARRASTRA E INTENTAR COEXISTIR CON MAS SOLTURA COMO PARTE DEL TODO PROPUESTO.
ÉSE RIGOR TECNICO, FOTOGRAFICO A VECES, ENFRÍA LA EMOCION EXPRESIVA DE LOS SIGNIFICANTES DONDE EL PINTOR DESEA APUNTAR CON MAYOR CLARIDAD. PERO VICTOR NO SE RINDE Y DA RIENDA SUELTA A SU BUSQUEDA DE LIBERTAD CON HABILIDAD Y TRABAJO, EMPAPANDOSE DE SUS PROPIAS VIVENCIAS E INVESTIGACIONES PARA ESCOGER AQUELLAS QUE ESTAMPADAS EN CADA CUADRO REALIZADO, SON A LA VEZ FRAGMNETOS DEL AUTORRETRATO DEL PINTOR QUE EN CADA NUEVA COMPOSICIÓN, INTENTA CODIFICAR SUS TEMAS, ALEJÁNDOSE DE ESOS APREMIOS FORMALES TAN SESUDOS Y TEÓRICOS QUE HAN ENTRAMPADO LA VITALIDAD DE LA PINTURA DE LAS ACADEMIAS Y LA SALUD DE SUS PROPUESTAS EN EL TIEMPO. ES MEJOR VOLVER EL FRENTE A UNA PINTURA MAS NATURAL, CUYA ESTRUCTURA DE PASO A UN LENGUAJE CON MAS EXPERIMNETACIÓN, SOLTURA EN EL TRAZO SI SE QUIERE, EN BUSCA DE UNA FLUIDEZ GESTUAL QUE LA AYUDE A EXPANDIRSE. EL RESULTADO DE ESTE PROCESO Y SU PROYECCION FINAL, ESTA AUN POR DEFINIRSE.
EN ESTE VASTO CAMINO ESTA VICTOR, -NO LO SABRÉ YO- Y EN SUS OJOS Y MANOS, EL MOMENTO PARA SOLTAR EL TRAZO DECISIVO QUE LOGRE ABRIR AL FIN, SU PROPIA CAJA DE PANDORA.
CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO
ARTISTA VISUAL, POETA.
Una exposición significa para un artista la auto-evaluación de un proceso productivo, la interacción con el público, la retroalimentación; pero significa también la difusión de propuestas estéticas y bienes culturales en un claro sentido de socialización y participar así de la práctica cultural de un pueblo.
El artista en esta ocasión es Víctor Petit-Breuilh.
Esta exposición genera gran expectativa y figuración por alguna razón cultural o identitaria, en el entendido que se trata de “pintura realista”. Algo hay con el Realismo que lo hace tan atractivo. Aquí la sociología del arte puede responder a esta constatación. En una parte del texto que escribí para el catálogo, hago mención a la masiva recepción de la última exposición en el MNBA del pintor hiperrealista chileno Claudio Bravo como ejemplo de este comentario.
Creo prudente citar a propósito, parte de la definición de Realismo del libro Léxico Técnico de las Artes Plásticas: “Se refiere a esas obras que por su volumen, espacio, escorzo, color, etc., provocan la sugerencia de representar la realidad, tal como ésta es conocida por el hombre común, relaciones que engañan al ojo (´trompe l´oeil´) haciéndole suponer que aquello que ve en el cuadro es absolutamente real. Cabe señalar en este caso que sólo pintores menores han tenido en cuenta el hecho de que un registro mecánico de la realidad pudiera llegar a ser considerado una obra de arte. Los verdaderos artistas son aquellos que, además de presentar figuras rápidamente reconocibles en sus obras, nunca han olvidado el contenido simbólico de la misma, lo que los indujo en todo momento a romper con el ilusionismo y provocar una relación que, aun considerada realista, es, si se observa con cuidado, una representación tan alejada de la realidad como cualquier obra no figurativa (…).
Pero veamos que más. Variedad de estilos y propuestas visuales hemos presentado en Casa Abierta: desde la pintura abstracta de Claudio Rodríguez Lanfranco, la pintura geométrica de Alberto Ludwig o el informalismo de Juan Pablo Ugarte expuestas al inicio de este ciclo en 2006, o los grabados de Carlos Montaner y la gráfica cercana a la instalación del proyecto Guión Visual con Tatiana Alamos a la cabeza, hasta el realismo de las pinturas que inauguramos hoy y por lo cual agradecemos a Víctor por participar de nuestra programación. Así, hemos conocido el trabajo de alrededor de 35 artistas en exposiciones individuales o colectivas.
La invitación es a acercase al trabajo potente de Petit-Breuilh. Estarán sus obras expuestas hasta el 26 de junio y estará también invitado a conversar sobre su producción en el taller de pintura.
EL LENGUAJE ES LA REALIDAD
TEXTO 1
Víctor Petit-Breuilh pinta la realidad. Lo que sus obras muestran es la realidad de Petit-Breuilh. ¿O acaso alguien puede cuestionar que el paisaje de Panguipulli en el cuadro “Recuerdo de Niño” no es real?
Antes es necesario detenerse en diferenciar el ver del mirar como lo señala Roberto Matta, donde el mirar es entendido como un reflejo condicionado, como el registro del entorno y el ver está vinculado con la verdad…
Digo entonces que este paisaje es la verdad y/o realidad para Petit-Breuilh y lo es porque es un paisaje o más bien, una realidad vivida por el pintor. ¿Cómo le explico esto a un ciego? Si describo los elementos del cuadro, si soy capaz de abrir la descripción a través de otros sentidos, si soy capaz de comunicar la humedad verde de los juncos del primer plano y de los árboles del fondo, si soy capaz de describir la escena con el olfato o con el tacto; el ciego reconocerá este paisaje. Claro está, el ciego de Panguipulli que pasó su infancia en ese lugar, al igual que el pintor. Así otro componente aparece para leer estas obras: la memoria o la historia de lo vivido.
El antecedente chileno de esta pintura puede estar en Claudio Bravo o más reciente en Muñoz Vera, por hacer una referencia conocida o mediática. Pero Petit-Breuilh no demora en marcar la diferencia; lo de él es la expresión de su propia realidad vivida.
Podría esta pintura también confundirse con un acto de destreza. Si es así, tendríamos que hablar con la lupa en la mano, con reglas y tratado de anatomía bajo el brazo. Creo que este no es el caso porque el objetivo de Petit-Breuilh es otro. Por lo tanto, sugiero leer esta pintura con la intención de diálogo que propone.
A través de su tratamiento realista, el pintor elije y ordena una serie de elementos simbólicos en la idea de establecer este diálogo desde su visión de las cosas y de la vida, de la relación de los hombres y la naturaleza.
A propósito, recuerdo la exposición de Claudio Bravo en el Museo Nacional de Bellas Artes, en 1994. Filas interminables de estudiantes y público en general, rumas de folletería generosamente distribuidas, costeadas con el auspicio de la Banca y el diario El Mercurio. Ahí estaban expuestas no sólo 64 obras, sino la tendencia estética de una determinada visión de la pintura y del arte.
Después de ese juicio y refiriéndome exclusivamente a la pintura, ¿qué queda entonces para el chorreo neo-expresionista de los pintores de los ochenta o la mancha construida por Balmes con barro y zapatos destartalados y contingentes abandonados por algún minero de Lota, obligado a reconvertirse laboralmente o recogidos en la rivera del Mapocho, desprendidos del cuerpo de un desaparecido?
Vuelvo a Petit-Breuilh. Si se pone atención hay una invitación. Los detalles realistas en los primeros planos son la antesala para recoger también la información del fondo; la escena completa… Los señores del salón viñamarino en “La Plaza de los Loores” se han retirado a los balcones para que el espectador común y corriente, como usted o como yo, entremos en este espacio exclusivo.
Petit-Breuilh es un pintor autodidacta pero que ocupó tiempo formándose como arquitecto y como tal, se detiene en signos propios de su formación. Aquí por ejemplo, la perspectiva es retomada de acuerdo a sus trabajadas reflexiones filosóficas. La linealidad en que se puede representar la profundidad de la escena es curvada por la práctica pictórica que Petit-Breuilh ha definido. De alguna manera, tensa la bidimencionalidad del soporte para incorporar en esta construcción curvada la presencia viva del espectador. Quiere acentuar así la trilogía autor-obra-espectador… Las botas de los chumangos de la Patagonia están al lado nuestro, se han salido del cuadro para sumarnos a esa pausa en la faena.
Cabe señalar que este tipo de pintura aparece o parece fuera de contexto de las definiciones institucionales de la práctica artística contemporánea chilena. Puede ser, pero siempre he sostenido que se pinta o se produce el trabajo creativo a partir de cómo uno es. Petit-Breuilh reside en Concón y en su casa todo está cuidadosamente ordenado, en el espacio que utiliza para pintar cada pincel, cada tubo de óleo está puesto ordenadamente en su lugar, tal como ordena los elementos de su pintura.
Víctor Petit-Breuilh ha expuesto parte de sus obras en otras ocasiones en la zona (Reñaca, Villa Alemana y Concón), pero ha buscado especialmente en Casa Abierta la oportunidad de vincularse desde este proyecto con el desarrollo cultural de la comuna y la Región, en el entendido de que Casa Abierta se ha propuesto desde su primera exposición, realizada en 2006, acoger y sistematizar desde la práctica comunitaria las propuestas artísticas de creadores que aceptan esta condición. Aquí no se trata de una galería especializada, sino de la oportunidad de acceder de primera fuente a obras cuando nunca se pensó en acudir a un museo o galería de arte.
Aquí está la ocasión, en el cotidiano, para hacer del arte una oportunidad cultural deselitizada, al alcance de todos.
Concón, 2010.
Jaime Garnham
Pintor, Coordinador Casa Abierta
Enap Refinería Aconcagua
TEXTO 2
DESDE SU TALLER EN FUERTE AGUAYO, LLEGAN HASTA LA ORILLA LAS PINTURAS REALISTAS DEL PINTOR VICTOR HUGO PETIT-BREUILH, OBRAS DE CUIDADA FACTURA QUE RECUERDAN AL MISMO TIEMPO SU PASADO DE ARQUITECTO Y SU PRESENTE DE PINTOR CON ESTA EXPOSICION QUE REUNE FRAGMENTOS SILENCIOSOS DE SU ORIGEN SUREÑO JUNTO A OBRA QUE LLEGA AÚN FRESCA DE TALLER, PRODUCTO DE SU EXPLORACION EN UNA FIGURACION SOLO EN APARIENCIA INOCUA, QUE BUSCA EVIDENCIAR EN EL DETALLE LA FORMA DE CIFRAR UN MENSAJE. VICTOR SABE DE ESTA RELACION “BIOLOGICA” ENTRE EMISOR-RECEPTOR EN EL CASO DE LAS OBRAS VISUALES, UNA ACCION COLABORATIVAY DE SOCIABILIDAD BASTANTE PERDIDA YA ENTRE NUESTROS PARES, PERO QUE NOS RECUERDA A CIERTA TRADICION DE LA PINTURA CHILENA EN SU CONSTANTE INTENTO DE INTEGRACION A LENGUAJES MAS CONTEMPORANEOS.
Y EN ESTA SUMA DE CAMBIOS ES DONDE MEJOR SE SOSTIENE LA PINTURA DE VICTOR DESPLAZANDO EL DISCURSO VISUAL DESDE EL CAMPO DE LA MERA REPRODUCCION TECNICA COMO EFECTO, PARA SONDEAR CON INTENCIÓN MAS DRAMÁTICA LA INTERPRETACION DE SUS MOTIVOS, REALIZADOS SIEMPRE A PARTIR DE FOTOGRAFIAS Y TAMBIEN DE MODELOS REALES QUE LLEGAN A POBLAR LOS PAISAJES, REBALSANDO DE VIDA LOS LIENZOS.
HAY AQUÍ UN DESEO POR EVIDENCIAR LOS CONTRASTES Y ES LA FIGURA HUMANA LA QUE LLEGA A REVITALIZAR EL DISCURSO INMÓVIL DEL RECUERDO ENTRANDO A PONER ACENTO EN EL AMBIENTE DE ESOS PAISAJES SILENCIOSOS, DONDE LA POSTAL EJERCITADA CON MINUCIA Y ESMERO DA FINALMNETE ESPACIO A UN DISCURSO MAS DESEQUILIBRANTE Y ABIERTO, UN CONTRASTE DE REALIDADES A LAS QUE EL PINTOR NO SE ESCAPA: LA PRESENCIA DE NIÑOS EN VARIOS DE LOS CUADROS APORTAN ACCION CONCRETA Y SON EL MOMENTOS TAMBIEN CUANDO LA IMÁGEN MAS SE TENSIONA Y SE CARGA DE SENTIDO, AL LOGRAR LIBERARSE UN POCO DEL PESO TECNICO QUE ARRASTRA E INTENTAR COEXISTIR CON MAS SOLTURA COMO PARTE DEL TODO PROPUESTO.
ÉSE RIGOR TECNICO, FOTOGRAFICO A VECES, ENFRÍA LA EMOCION EXPRESIVA DE LOS SIGNIFICANTES DONDE EL PINTOR DESEA APUNTAR CON MAYOR CLARIDAD. PERO VICTOR NO SE RINDE Y DA RIENDA SUELTA A SU BUSQUEDA DE LIBERTAD CON HABILIDAD Y TRABAJO, EMPAPANDOSE DE SUS PROPIAS VIVENCIAS E INVESTIGACIONES PARA ESCOGER AQUELLAS QUE ESTAMPADAS EN CADA CUADRO REALIZADO, SON A LA VEZ FRAGMNETOS DEL AUTORRETRATO DEL PINTOR QUE EN CADA NUEVA COMPOSICIÓN, INTENTA CODIFICAR SUS TEMAS, ALEJÁNDOSE DE ESOS APREMIOS FORMALES TAN SESUDOS Y TEÓRICOS QUE HAN ENTRAMPADO LA VITALIDAD DE LA PINTURA DE LAS ACADEMIAS Y LA SALUD DE SUS PROPUESTAS EN EL TIEMPO. ES MEJOR VOLVER EL FRENTE A UNA PINTURA MAS NATURAL, CUYA ESTRUCTURA DE PASO A UN LENGUAJE CON MAS EXPERIMNETACIÓN, SOLTURA EN EL TRAZO SI SE QUIERE, EN BUSCA DE UNA FLUIDEZ GESTUAL QUE LA AYUDE A EXPANDIRSE. EL RESULTADO DE ESTE PROCESO Y SU PROYECCION FINAL, ESTA AUN POR DEFINIRSE.
EN ESTE VASTO CAMINO ESTA VICTOR, -NO LO SABRÉ YO- Y EN SUS OJOS Y MANOS, EL MOMENTO PARA SOLTAR EL TRAZO DECISIVO QUE LOGRE ABRIR AL FIN, SU PROPIA CAJA DE PANDORA.
CLAUDIO RODRIGUEZ LANFRANCO
ARTISTA VISUAL, POETA.